9. El temor de Jehová es limpio: permanece para siempre; los decretos de Jehová son verdaderos: todos justos.
10. Deseables son más que el oro, sí, más que mucho oro refinado; y dulces más que la miel, y que el destilar del panal.
11. Tu siervo es, además, amonestado por ellos; en guardarlos hay gran galardón.
12. ¿Quién puede discernir sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos.
13. Guarda, asimismo, a tu siervo de los pecados de soberbia, que no se enseñoreen de mí. Entonces seré íntegro y estaré libre de gran transgresión.