Salmos

  1. 1
  2. 2
  3. 3
  4. 4
  5. 5
  6. 6
  7. 7
  8. 8
  9. 9
  10. 10
  11. 11
  12. 12
  13. 13
  14. 14
  15. 15
  16. 16
  17. 17
  18. 18
  19. 19
  20. 20
  21. 21
  22. 22
  23. 23
  24. 24
  25. 25
  26. 26
  27. 27
  28. 28
  29. 29
  30. 30
  31. 31
  32. 32
  33. 33
  34. 34
  35. 35
  36. 36
  37. 37
  38. 38
  39. 39
  40. 40
  41. 41
  42. 42
  43. 43
  44. 44
  45. 45
  46. 46
  47. 47
  48. 48
  49. 49
  50. 50
  51. 51
  52. 52
  53. 53
  54. 54
  55. 55
  56. 56
  57. 57
  58. 58
  59. 59
  60. 60
  61. 61
  62. 62
  63. 63
  64. 64
  65. 65
  66. 66
  67. 67
  68. 68
  69. 69
  70. 70
  71. 71
  72. 72
  73. 73
  74. 74
  75. 75
  76. 76
  77. 77
  78. 78
  79. 79
  80. 80
  81. 81
  82. 82
  83. 83
  84. 84
  85. 85
  86. 86
  87. 87
  88. 88
  89. 89
  90. 90
  91. 91
  92. 92
  93. 93
  94. 94
  95. 95
  96. 96
  97. 97
  98. 98
  99. 99
  100. 100
  101. 101
  102. 102
  103. 103
  104. 104
  105. 105
  106. 106
  107. 107
  108. 108
  109. 109
  110. 110
  111. 111
  112. 112
  113. 113
  114. 114
  115. 115
  116. 116
  117. 117
  118. 118
  119. 119
  120. 120
  121. 121
  122. 122
  123. 123
  124. 124
  125. 125
  126. 126
  127. 127
  128. 128
  129. 129
  130. 130
  131. 131
  132. 132
  133. 133
  134. 134
  135. 135
  136. 136
  137. 137
  138. 138
  139. 139
  140. 140
  141. 141
  142. 142
  143. 143
  144. 144
  145. 145
  146. 146
  147. 147
  148. 148
  149. 149
  150. 150

Reina-Valera 1909

Salmos 139 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

1. Oh Jehová, tú me has escudriñado y conocido.

2. Tú has conocido mi sentar y mi levantar; desde lejos has entendido mis pensamientos.

3. Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos.

4. Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.

5. Detrás y delante me rodeaste y sobre mí pusiste tu mano.

6. Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; elevado es, no puedo comprenderlo.

7. ¿Adónde me iré de tu espíritu? ¿Y adónde huiré de tu presencia?

8. Si subo a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hago mi lecho, he aquí, allí estás tú.

9. Si tomo las alas del alba y habito en el extremo del mar,

10. aun allí me guiará tu mano y me asirá tu diestra.

11. Si digo: Ciertamente las tinieblas me encubrirán, aun la noche resplandecerá alrededor de mí.

12. Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día; lo mismo te son las tinieblas que la luz.

13. Porque tú creaste mis entrañas; me formaste en el vientre de mi madre.

14. Te alabaré, porque asombrosa y maravillosamente he sido hecho; maravillosas son tus obras, y mi alma lo sabe muy bien.

15. No fueron encubiertos de ti mis huesos, cuando en oculto fui formado y entretejido en lo más profundo de la tierra.

16. Tus ojos vieron mi embrión, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, cuando no existía ninguna de ellas.

17. Y, ¡cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos!

18. Si los contara, serían más numerosos que la arena. Despierto y aún estoy contigo.

19. De cierto, oh Dios, harás morir al malvado. ¡Apartaos, pues, de mí, hombres sanguinarios!

20. Porque ellos hablan maliciosamente contra ti; tus enemigos toman en vano tu nombre.

21. ¿No odio, oh Jehová, a los que te aborrecen, y no me repugnan tus enemigos?

22. Los aborrezco con intenso odio; los tengo por enemigos.

23. Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos.

24. Y ve si hay camino de perversidad en mí y guíame por el camino eterno.