2. ¿No es Booz nuestro pariente, con cuyas criadas tú has estado? He aquí que él avienta esta noche la parva de las cebadas.
3. Te lavarás, pues, y te ungirás, y vistiéndote tus vestidos, irás a la era; mas no te darás a conocer al varón hasta que él haya acabado de comer y de beber.
4. Y cuando él se acueste, observa tú el lugar donde él se acuesta, e irás, y descubrirás sus pies y te acostarás allí; y él te dirá lo que debas hacer.
5. Y le respondió: Haré todo lo que tú me mandes.
6. Descendió, pues, a la era e hizo todo lo que su suegra le había mandado.
7. Y cuando Booz hubo comido y bebido, y su corazón estuvo contento, se retiró a dormir a un lado del montón. Entonces ella vino calladamente, y le descubrió los pies y se acostó.
8. Y aconteció que a la medianoche se estremeció aquel hombre y se volvió; y he aquí que una mujer estaba acostada a sus pies.
9. Entonces él dijo: ¿Quién eres? Y ella respondió: Yo soy Rut, tu sierva; extiende el borde de tu manto sobre tu sierva, por cuanto eres pariente cercano.
10. Y él dijo: Bendita seas tú de Jehová, hija mía; has hecho mejor tu postrera bondad que la primera, no yendo tras los jóvenes, sean pobres o ricos.
11. Ahora, pues, no temas, hija mía; yo haré contigo lo que tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa.
12. Y ahora, aunque es cierto que yo soy pariente cercano, con todo eso hay un pariente más cercano que yo.
13. Reposa aquí esta noche, y cuando sea de día, si él te redime, bien, que te redima; mas si él no te quisiere redimir, yo te redimiré, vive Jehová. Descansa, pues, hasta la mañana.
14. Y reposó a sus pies hasta la mañana y se levantó, antes que nadie pudiese reconocer a otro. Y él dijo: Que no se sepa que una mujer ha venido a la era.
15. Después le dijo: Quítate el manto que traes sobre ti y sujétalo bien. Y sujetándolo ella, él midió seis medidas de cebada y se las puso encima; y ella se fue a la ciudad.