Y yo decidí hacértelo saber y decirte que la compres, delante de los que están aquí sentados y delante de los ancianos de mi pueblo. Si quieres redimirla, redímela; y si no quieres redimirla, decláramelo para que yo lo sepa, porque no hay otro que la redima sino tú, y yo después de ti. Y él respondió: Yo la redimiré.