Reina-Valera 1909

Romanos 5:4-16 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

4. y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza;

5. y la esperanza no avergüenza, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.

6. Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.

7. Difícilmente alguien muere por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno.

8. Mas Dios demuestra su amor para con nosotros, en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

9. Mucho más ahora, habiendo sido justificados por su sangre, por medio de él seremos salvos de la ira.

10. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando ya reconciliados, seremos salvos por su vida.

11. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por medio del Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.

12. Por consiguiente, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.

13. Porque aun antes de la ley había pecado en el mundo; pero el pecado no se tiene en cuenta cuando no hay ley.

14. No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir.

15. Pero el don no es como la transgresión. Porque si por la transgresión de uno murieron los muchos, más abundó la gracia y el don de Dios para los muchos, por la gracia de un hombre, Jesucristo.

16. Ni tampoco el don es como el pecado de aquél; porque a la verdad el juicio vino por un solo pecado para condenación, mas la gracia vino por muchas transgresiones para justificación.