1. No te jactes del día de mañana, porque no sabes qué dará de sí el día.
2. Que te alabe el extraño, y no tu propia boca; el ajeno, y no tus propios labios.
3. Pesada es la piedra, y la arena pesa, pero la ira del necio es más pesada que ambas.
4. Cruel es la ira e impetuoso el furor, pero, ¿quién podrá sostenerse delante de la envidia?
5. Mejor es la reprensión manifiesta que el amor encubierto.