Proverbios

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Reina-Valera 1909

Proverbios 7 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

1. Hijo mío, guarda mis palabras, y atesora contigo mis mandamientos.

2. Guarda mis mandamientos y vivirás; y guarda mi ley como a la niña de tus ojos.

3. Átalos a tus dedos, escríbelos en la tabla de tu corazón.

4. Di a la sabiduría: Tú eres mi hermana, y al entendimiento llama pariente,

5. para que te guarden de la mujer ajena, de la extraña que halaga con sus palabras.

6. Porque mirando yo por la ventana de mi casa, a través de mi celosía,

7. vi entre los ingenuos, distinguí entre los jóvenes a un joven falto de entendimiento.

8. Pasaba él por la calle, cerca de la esquina de ella, e iba camino de la casa de ésta,

9. al atardecer, al anochecer, ya que oscurecía, en la oscuridad y tinieblas de la noche.

10. Y he aquí, una mujer le sale al encuentro con atavío de ramera y astucia en el corazón.

11. Alborotadora y obstinada, sus pies no pueden estar en casa;

12. unas veces está afuera; otras veces, por las plazas, acechando por todas las esquinas.

13. Y se asió de él y le besó; con semblante descarado le dijo:

14. Ofrendas de paz había prometido, y hoy he cumplido mis votos;

15. por tanto, he salido a encontrarte, buscando diligentemente tu rostro, y te he hallado.

16. Con colchas he ataviado mi cama, con cordoncillo de Egipto.

17. He perfumado mi lecho con mirra, áloes y canela.

18. Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana; alegrémonos en amores.

19. Porque el marido no está en casa; se ha ido a un largo viaje.

20. La bolsa del dinero se llevó en la mano; el día de la luna llena volverá a casa.

21. Lo rindió con la mucha suavidad de sus palabras; le incitó con la suavidad de sus labios.

22. Se va en pos de ella en seguida, como va el toro al matadero, y como el necio que va a las prisiones para ser castigado;

23. como el ave que se apresura a la red y no sabe que es contra su vida, hasta que la saeta traspasa su hígado.

24. Ahora pues, hijos, escuchadme y estad atentos a las palabras de mi boca.

25. No se desvíe tu corazón a los caminos de ella; no yerres en sus veredas,

26. porque a muchos ha hecho caer heridos, y aun muchos poderosos han sido muertos por ella.

27. Camino del Seol es su casa, que desciende a las cámaras de la muerte.