Proverbios

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Reina-Valera 1909

Proverbios 4 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

1. Oíd, hijos, la instrucción de un padre, y estad atentos para que conozcáis entendimiento.

2. Porque os doy buena enseñanza; no abandonéis mi ley.

3. Porque yo también fui hijo de mi padre, delicado y único a los ojos de mi madre.

4. Y él me enseñaba y me decía: Retén mis palabras en tu corazón; guarda mis mandamientos y vivirás.

5. Adquiere sabiduría; adquiere entendimiento; no te olvides ni te apartes de las palabras de mi boca;

6. no la abandones; y ella te guardará; ámala, y te protegerá.

7. Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; y con todo lo que adquieras, adquiere entendimiento.

8. Exáltala, y ella te levantará; ella te honrará cuando tú la hayas abrazado.

9. Adorno de gracia dará a tu cabeza; corona de hermosura te entregará.

10. Escucha, hijo mío, y recibe mis razones, y se te multiplicarán los años de vida.

11. Por el camino de la sabiduría te he instruido, y por sendas de rectitud te he guiado.

12. En tu andar, no se obstruirán tus pasos; y si corres, no tropezarás.

13. Aférrate a la instrucción; no la dejes; guárdala, porque ella es tu vida.

14. No entres en la vereda de los malvados, ni vayas por el camino de los malos.

15. Déjala; no pases por ella. Apártate de ella; pasa de largo.

16. Porque ellos no duermen si no han hecho mal, y pierden el sueño si no han hecho caer a alguno.

17. Porque comen pan de maldad y beben vino de violencias.

18. Mas la senda de los justos es como la luz resplandeciente que va en aumento hasta que el día es perfecto.

19. El camino de los malvados es como la oscuridad; no saben en qué tropiezan.

20. Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones.

21. No se aparten de tus ojos; guárdalas en medio de tu corazón.

22. Porque son vida para los que las hallan, y salud para todo su cuerpo.

23. Guarda tu corazón con toda diligencia, porque de él mana la vida.

24. Aparta de ti la perversidad de la boca, y aleja de ti la iniquidad de los labios.

25. Miren tus ojos al frente, y diríjanse tus párpados hacia lo que está delante de ti.

26. Examina la senda de tus pies, y sean establecidos todos tus caminos.

27. No te desvíes ni a la derecha ni a la izquierda; aparta tu pie del mal.