Reina-Valera 1909

Nehemías 9:27-36 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

27. Y los entregaste en manos de sus enemigos, los cuales los afligieron; y en el tiempo de su tribulación clamaron a ti, y tú desde los cielos los oíste; y según tus muchas misericordias les diste libertadores que los librasen de manos de sus enemigos.

28. Pero al tener descanso, volvían a hacer lo malo delante de ti, por lo cual los dejaste en manos de sus enemigos que los dominaron; pero volvían y clamaban otra vez a ti, y tú desde los cielos los oías, y según tus misericordias muchas veces los libraste.

29. Y los amonestaste para que se volviesen a tu ley; pero ellos actuaron con soberbia y no escucharon tus mandamientos, sino que pecaron contra tus decretos, los cuales si el hombre los cumple, por ellos vivirá; y dieron la espalda en rebeldía y endurecieron su cerviz y no escucharon.

30. Y los soportaste por muchos años y los amonestaste con tu espíritu por medio de tus profetas, pero no escucharon; por lo que los entregaste en manos de los pueblos de la tierra.

31. Pero por tus grandes misericordias no los destruiste ni los abandonaste, porque eres un Dios benigno y misericordioso.

32. Ahora pues, Dios nuestro, Dios grande, fuerte, temible, que guardas el convenio y la misericordia, no sea tenida en poco delante de ti toda la aflicción que nos ha sobrevenido, a nuestros reyes, a nuestros príncipes, y a nuestros sacerdotes, y a nuestros profetas, y a nuestros padres y a todo tu pueblo, desde los días de los reyes de Asiria hasta este día.

33. Pero tú eres justo en todo lo que nos ha sobrevenido, porque lealmente has hecho; pero nosotros hemos hecho lo malo.

34. Y nuestros reyes, nuestros príncipes, nuestros sacerdotes y nuestros padres no pusieron por obra tu ley, ni atendieron a tus mandamientos ni a tus testimonios con que los amonestabas.

35. Y ellos en su reino y en el gran bien que les diste, y en la tierra extensa y fértil que entregaste delante de ellos, no te sirvieron ni se volvieron de sus malas obras.

36. He aquí que hoy somos siervos, en cuanto a la tierra que diste a nuestros padres para que comiesen su fruto y su bien; he aquí que somos siervos en ella.