Reina-Valera 1909

Nehemías 9:20-32 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

20. Y diste tu espíritu bueno para enseñarlos, y no retiraste tu maná de su boca, y agua les diste en su sed.

21. Y los sustentaste cuarenta años en el desierto; de ninguna cosa tuvieron necesidad; sus vestidos no se desgastaron, ni se hincharon sus pies.

22. Y les diste reinos y pueblos, y los distribuiste por territorios; y poseyeron la tierra de Sehón, y la tierra del rey Hesbón y la tierra de Og, rey de Basán.

23. Y multiplicaste sus hijos como las estrellas del cielo, y los llevaste a la tierra de la cual habías dicho a sus padres que habían de entrar a poseerla.

24. Y los hijos entraron y poseyeron la tierra, y sometiste delante de ellos a los moradores del país, a los cananeos, los cuales entregaste en sus manos, y a sus reyes y a los pueblos de la tierra, para que hiciesen con ellos según su voluntad.

25. Y tomaron ciudades fortificadas y tierra fértil, y heredaron casas llenas de toda cosa buena, cisternas excavadas, viñas y olivares y muchos árboles frutales; y comieron, y se saciaron, y engordaron y se deleitaron en tu gran bondad.

26. Pero fueron desobedientes y se rebelaron contra ti, y dieron la espalda a tu ley y mataron a tus profetas que testificaban contra ellos para hacerlos volver a ti; y cometieron grandes blasfemias.

27. Y los entregaste en manos de sus enemigos, los cuales los afligieron; y en el tiempo de su tribulación clamaron a ti, y tú desde los cielos los oíste; y según tus muchas misericordias les diste libertadores que los librasen de manos de sus enemigos.

28. Pero al tener descanso, volvían a hacer lo malo delante de ti, por lo cual los dejaste en manos de sus enemigos que los dominaron; pero volvían y clamaban otra vez a ti, y tú desde los cielos los oías, y según tus misericordias muchas veces los libraste.

29. Y los amonestaste para que se volviesen a tu ley; pero ellos actuaron con soberbia y no escucharon tus mandamientos, sino que pecaron contra tus decretos, los cuales si el hombre los cumple, por ellos vivirá; y dieron la espalda en rebeldía y endurecieron su cerviz y no escucharon.

30. Y los soportaste por muchos años y los amonestaste con tu espíritu por medio de tus profetas, pero no escucharon; por lo que los entregaste en manos de los pueblos de la tierra.

31. Pero por tus grandes misericordias no los destruiste ni los abandonaste, porque eres un Dios benigno y misericordioso.

32. Ahora pues, Dios nuestro, Dios grande, fuerte, temible, que guardas el convenio y la misericordia, no sea tenida en poco delante de ti toda la aflicción que nos ha sobrevenido, a nuestros reyes, a nuestros príncipes, y a nuestros sacerdotes, y a nuestros profetas, y a nuestros padres y a todo tu pueblo, desde los días de los reyes de Asiria hasta este día.