Reina-Valera 1909

Mateo 9:1-17 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

1. Entonces, entrando Jesús en la barca, pasó al otro lado y vino a su ciudad.

2. Y he aquí le trajeron un paralítico tendido en una cama; y Jesús, viendo la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados.

3. Y he aquí, algunos de los escribas decían dentro de sí: Éste blasfema.

4. Y percibiendo Jesús sus pensamientos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones?

5. Porque, ¿qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda?

6. Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo entonces al paralítico): ¡Levántate!, toma tu lecho y vete a tu casa.

7. Entonces él se levantó y se fue a su casa.

8. Y cuando la gente lo vio, se maravilló y glorificó a Dios, que había dado tal potestad a los hombres.

9. Y saliendo Jesús de allí, vio a un hombre que estaba sentado al banco de los tributos públicos, el cual se llamaba Mateo, y le dijo: Sígueme. Y se levantó y le siguió.

10. Y aconteció que, estando él sentado a la mesa en la casa, he aquí que muchos publicanos y pecadores vinieron y se sentaron juntamente a la mesa con Jesús y sus discípulos.

11. Y cuando vieron esto los fariseos, dijeron a sus discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y con los pecadores?

12. Y al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.

13. Id, pues, y aprended qué significa: Misericordia quiero y no sacrificio; porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.

14. Entonces vinieron a él los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan?

15. Y Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.

16. Y nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo, porque tal remiendo tira del vestido y se hace peor la rotura.

17. Ni echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera, los odres se rompen, y el vino se derrama y se pierden los odres; pero echan el vino nuevo en odres nuevos, y lo uno y lo otro se conservan juntamente.