50. Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu.
51. Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló y las rocas se partieron;
52. y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido se levantaron;
53. y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de Jesús, vinieron a la santa ciudad y se aparecieron a muchos.
54. Y cuando el centurión y los que estaban con él custodiando a Jesús vieron el terremoto y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera y dijeron: ¡Verdaderamente éste era el Hijo de Dios!