Reina-Valera 1909

Mateo 26:45-63 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

45. Entonces vino a sus discípulos y les dijo: Dormid ya, y descansad. He aquí ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores.

46. ¡Levantaos, vamos! He aquí ha llegado el que me entrega.

47. Mientras todavía hablaba, he aquí llegó Judas, uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y con palos, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo.

48. Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo bese, ése es; prendedle.

49. Y en seguida se acercó a Jesús y dijo: Salve, Maestro. Y le besó.

50. Y Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué vienes? Entonces se acercaron, y echaron mano a Jesús y le prendieron.

51. Y he aquí, uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, e hirió a un siervo del sumo sacerdote y le cortó la oreja.

52. Entonces Jesús le dijo: Vuelve tu espada a su lugar, porque todos los que tomen espada, a espada perecerán.

53. ¿Acaso piensas que no puedo orar a mi Padre ahora, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles?

54. ¿Cómo, pues, se cumplirían las Escrituras de que así debe suceder?

55. En aquella hora dijo Jesús a la gente: ¿Así como contra un ladrón habéis salido con espadas y con palos para prenderme? Cada día me sentaba con vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis.

56. Mas todo esto ha sucedido para que se cumplan las Escrituras de los profetas. Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron.

57. Y los que prendieron a Jesús le llevaron a Caifás, el sumo sacerdote, donde los escribas y los ancianos estaban reunidos.

58. Mas Pedro le seguía de lejos hasta el patio del sumo sacerdote; y entrando, se sentó con los guardias, para ver el fin.

59. Y los principales sacerdotes, y los ancianos y todo el consejo buscaban falso testimonio contra Jesús, para entregarlo a la muerte;

60. pero no lo hallaron, aunque muchos testigos falsos se presentaban; mas al fin vinieron dos testigos falsos,

61. que dijeron: Éste dijo: Puedo derribar el templo de Dios y en tres días reedificarlo.

62. Y levantándose el sumo sacerdote, le dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra ti?

63. Mas Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios.