46. y que, habiendo hallado una perla de gran precio, fue y vendió todo lo que tenía y la compró.
47. Asimismo, el reino de los cielos es semejante a una red que, echada al mar, recoge toda clase de peces,
48. la cual, una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas y lo malo echan fuera.
49. Así será el fin del mundo: saldrán los ángeles y apartarán a los malos de entre los justos,
50. y los echarán al horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes.
51. Les dijo Jesús: ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos respondieron: Sí, Señor.
52. Y él les dijo: Por eso, todo escriba que llega a ser discípulo en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.
53. Y aconteció que, cuando Jesús terminó estas parábolas, partió de allí.
54. Y al llegar a su tierra, les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que ellos estaban atónitos y decían: ¿De dónde saca éste esta sabiduría y estas obras maravillosas?
55. ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Jacobo, y José, y Simón y Judas?
56. ¿Y no están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, saca éste todas estas cosas?