27. Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a plena luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas.
28. Y no temáis a los que matan el cuerpo pero no pueden matar al alma; más bien temed a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.
29. ¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin saberlo vuestro Padre.
30. Pues aun vuestros cabellos están todos contados.
31. Así que no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos.
32. A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.
33. Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.
34. No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada.
35. Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, y a la hija contra su madre y a la nuera contra su suegra.
36. Y los enemigos del hombre serán los de su casa.
37. El que ama al padre o a la madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama al hijo o a la hija más que a mí, no es digno de mí.
38. Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí no es digno de mí.
39. El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.
40. El que os recibe a vosotros, a mí me recibe; y el que a mí me recibe, recibe al que me envió.