Reina-Valera 1909

Marcos 14:26-44 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

26. Y después de haber cantado el himno, salieron al monte de los Olivos.

27. Entonces Jesús les dijo: Todos os escandalizaréis de mí esta noche, porque escrito está: Heriré al pastor, y serán dispersadas las ovejas.

28. Pero después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea.

29. Entonces Pedro le dijo: Aunque todos se escandalicen, yo no.

30. Y le dijo Jesús: De cierto te digo que tú, hoy, en esta noche, antes que el gallo haya cantado dos veces, me negarás tres veces.

31. Pero él decía con mayor vehemencia: Si me fuere menester morir contigo, no te negaré. También todos decían lo mismo.

32. Y llegaron al lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que yo oro.

33. Y llevó consigo a Pedro, y a Jacobo y a Juan, y comenzó a afligirse y a angustiarse.

34. Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad.

35. Y yéndose un poco adelante, se postró en tierra y oró que, si fuese posible, pasase de él aquella hora,

36. y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; pero no lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.

37. Y vino y los halló durmiendo; y dijo a Pedro: Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar una hora?

38. Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.

39. Y otra vez fue y oró, y dijo las mismas palabras.

40. Y al volver, los halló otra vez durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño; y no sabían qué responderle.

41. Y vino la tercera vez y les dijo: Dormid ya y descansad; basta, la hora ha llegado; he aquí, el Hijo del Hombre es entregado en manos de los pecadores.

42. ¡Levantaos! ¡Vamos! He aquí, el que me entrega está cerca.

43. Y en seguida, aún hablando él, vino Judas, que era uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes, y de los escribas y de los ancianos.

44. Y el que le entregaba les había dado una señal, diciendo: Al que yo bese, ése es; prendedle y llevadle con seguridad.