Reina-Valera 1909

Lucas 9:48-60 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

48. y les dijo: Cualquiera que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y cualquiera que me recibe a mí, recibe al que me envió, porque el que es más pequeño entre todos vosotros, ése es el más grande.

49. Entonces Juan habló y dijo: Maestro, hemos visto a uno que echaba fuera demonios en tu nombre; y se lo prohibimos, porque no anda con nosotros.

50. Jesús le dijo: No se lo prohibáis, porque el que no está contra nosotros, por nosotros está.

51. Y aconteció que, cuando se cumplió el tiempo en que había de ser recibido arriba, él afirmó su rostro para ir a Jerusalén.

52. Y envió mensajeros delante de sí, los cuales fueron y entraron en una aldea de los samaritanos para hacerle preparativos.

53. Pero no le recibieron, porque vieron en su semblante que se dirigía a Jerusalén.

54. Y al ver esto sus discípulos Jacobo y Juan, le dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma?

55. Entonces, volviéndose él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois,

56. porque el Hijo del Hombre no ha venido para destruir las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea.

57. Y aconteció que, yendo ellos, uno le dijo por el camino: Señor, te seguiré adondequiera que fueres.

58. Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.

59. Y dijo a otro: Sígueme. Y él le respondió: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre.

60. Y Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; pero tú, ve y anuncia el reino de Dios.