8. Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.
9. Porque el asombro se había apoderado de él y de todos los que estaban con él, por la cantidad de peces que habían pescado;
10. y asimismo de Jacobo y de Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Entonces Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres.
11. Y cuando las barcas llegaron a tierra, dejándolo todo, le siguieron.
12. Y aconteció que, estando Jesús en una ciudad, he aquí un hombre lleno de lepra, el cual, viendo a Jesús, se postró sobre su rostro y le rogó, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.