35. Entonces ellos contaron las cosas que les habían acontecido en el camino, y cómo le habían reconocido al partir el pan.
36. Y mientras ellos aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos y les dijo: Paz a vosotros.
37. Entonces ellos, espantados y atemorizados, pensaban que veían un espíritu.
38. Mas él les dijo: ¿Por qué estáis turbados y surgen dudas en vuestros corazones?
39. Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad y ved, porque un espíritu no tiene carne ni huesos como veis que yo tengo.
40. Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies.
41. Y como aún ellos, de gozo, no lo creían y estaban maravillados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer?
42. Entonces ellos le dieron parte de un pescado asado y un panal de miel.
43. Y él lo tomó y comió delante de ellos.
44. Y él les dijo: Éstas son las palabras que os hablé estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliesen todas las cosas que están escritas de mí en la ley de Moisés, y en los profetas y en los salmos.
45. Entonces les abrió el entendimiento para que comprendiesen las Escrituras;
46. y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese y resucitase de los muertos al tercer día;
47. y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y la remisión de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.
48. Y vosotros sois testigos de estas cosas.
49. Y he aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; mas vosotros quedaos en la ciudad de Jerusalén hasta que seáis investidos con poder de lo alto.
50. Y los llevó fuera hasta Betania y, alzando sus manos, los bendijo.
51. Y aconteció que, mientras los bendecía, se alejó de ellos y fue llevado arriba al cielo.
52. Y ellos, después de haberle adorado, volvieron a Jerusalén con gran gozo;