Reina-Valera 1909

Lucas 23:33-51 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

33. Y cuando llegaron al lugar que se llama de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.

34. Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes.

35. Y el pueblo estaba mirando; y aun los gobernantes se burlaban de él junto con ellos, diciendo: A otros salvó; sálvese a sí mismo, si éste es el Mesías, el escogido de Dios.

36. También los soldados se burlaban de él, acercándose y ofreciéndole vinagre,

37. y diciendo: Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo.

38. Y había también sobre él un título escrito con letras griegas, y latinas y hebreas: Éste es el Rey de los judíos.

39. Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros.

40. Y respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condenación?

41. Y nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; pero éste ningún mal hizo.

42. Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.

43. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.

44. Y cuando era como la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.

45. Y el sol se oscureció, y el velo del templo se rasgó por en medio.

46. Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró.

47. Y cuando el centurión vio lo que había acontecido, dio gloria a Dios, diciendo: Verdaderamente este hombre era justo.

48. Y toda la multitud de los que estaban presentes en este espectáculo, al ver lo que había acontecido, se volvían golpeándose el pecho.

49. Mas todos sus conocidos y las mujeres que le habían seguido desde Galilea estaban mirando desde lejos estas cosas.

50. Y he aquí, había un hombre llamado José que era miembro del concilio, hombre bueno y justo

51. (quien no había consentido en el consejo ni en los hechos de ellos), de Arimatea, ciudad de Judea, que también esperaba el reino de Dios;