25. Entonces él les dijo: Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen potestad son llamados bienhechores.
26. Pero entre vosotros no será así, sino que el mayor entre vosotros sea como el menor, y el que dirige, como el que sirve.
27. Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Sin embargo, yo estoy entre vosotros como el que sirve.
28. Y vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas.
29. Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí,
30. para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.
31. Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo;
32. pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, fortalece a tus hermanos.
33. Y él le dijo: Señor, dispuesto estoy a ir contigo aun a la cárcel y a la muerte.
34. Y él dijo: Pedro, te digo que el gallo no cantará hoy antes que tú niegues tres veces que me conoces.
35. Y les dijo: Cuando os envié sin bolsa, y sin alforja y sin sandalias, ¿os faltó algo? Y ellos dijeron: Nada.
36. Y les dijo: Pues ahora, el que tiene bolsa, tómela, y también la alforja; y el que no tiene espada, venda su capa y compre una.
37. Porque os digo que es necesario que se cumpla todavía en mí aquello que está escrito: Y con los malos fue contado, porque lo que está escrito de mí tiene cumplimiento.