23. (como está escrito en la ley del Señor: Todo varón que abra la matriz será llamado santo para el Señor),
24. y para dar la ofrenda conforme a lo que está dicho en la ley del Señor: un par de tórtolas o dos pichones.
25. Y he aquí, había un hombre en Jerusalén llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él.
26. Y había recibido revelación del Espíritu Santo que no vería la muerte antes que viese al Cristo del Señor.
27. Y movido por el Espíritu, vino al templo. Y cuando los padres llevaron al niño Jesús al templo, para hacer por él conforme a la costumbre de la ley,