Reina-Valera 1909

Lucas 12:32-48 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

32. No temáis, pequeño rebaño, porque al Padre le ha complacido daros el reino.

33. Vended lo que poseéis y dad limosna; haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en los cielos que nunca se agote, donde ladrón no llega ni polilla corrompe.

34. Porque donde está vuestro tesoro, allí también estará vuestro corazón.

35. Estén ceñidos vuestros lomos y encendidas vuestras lámparas;

36. y sed vosotros semejantes a hombres que esperan a que su señor vuelva de las bodas, para que, cuando venga y llame, en seguida le abran.

37. Bienaventurados aquellos siervos a quienes el Señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá y hará que se sienten a la mesa, y les servirá.

38. Y aunque venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera vigilia, y los hallare así, bienaventurados son aquellos siervos.

39. Pero sabed esto, que si supiese el padre de familia a qué hora habría de venir el ladrón, velaría ciertamente y no dejaría saquear su casa.

40. Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis vendrá el Hijo del Hombre.

41. Entonces Pedro le dijo: Señor, ¿dices esta parábola a nosotros, o también a todos?

42. Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente a quien el señor pondrá sobre su casa para que a tiempo les dé su ración?

43. Bienaventurado aquel siervo a quien, cuando su señor venga, le halle haciendo así.

44. En verdad os digo que él le pondrá sobre todos sus bienes.

45. Pero si aquel siervo dice en su corazón: Mi señor tarda en venir, y comienza a golpear a los criados y a las criadas, y a comer y a beber y a embriagarse,

46. vendrá el señor de aquel siervo el día en que no espera y a la hora en que no sabe, y le castigará y pondrá su parte con los incrédulos.

47. Porque aquel siervo que sabía la voluntad de su señor y no se preparó ni hizo conforme a su voluntad recibirá muchos azotes.

48. Pero aquel que no la sabía, e hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco, porque a todo aquel a quien se le haya dado mucho, mucho se demandará de él; y al que se le haya encomendado mucho, más se le pedirá.