31. Y si alguno quiere redimir algo de su diezmo, le añadirá la quinta parte.
32. Y todo diezmo de vacas o de ovejas, de todo lo que pasa bajo la vara, la décima cabeza será consagrada a Jehová.
33. No mirará si es bueno o malo, ni lo cambiará por otro; y si lo cambia, él y su sustituto serán cosas sagradas; no se redimirán.
34. Éstos son los mandamientos que ordenó Jehová a Moisés para los hijos de Israel en el monte Sinaí.