Reina-Valera 1909

Lamentaciones 1:9-17 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

9. Su inmundicia está en sus faldas; no se acuerda de su final; por tanto, ella ha caído de manera sorprendente, sin tener quien la consuele. Mira, oh Jehová, mi aflicción, porque el enemigo se ha engrandecido.

10. Ha extendido su mano el adversario a todas sus cosas preciosas; ciertamente ella ha visto entrar en su santuario a las naciones, acerca de las cuales mandaste que no entrasen en tu congregación.

11. Todo su pueblo gime buscando pan; dieron por la comida sus cosas preciosas, para mantener la vida. ¡Mira, oh Jehová, y ve que soy despreciada!

12. ¿No os conmueve a cuantos pasáis por el camino? Mirad y ved si hay dolor como el dolor que me ha venido, con el que Jehová me ha angustiado en el día de su ardiente furor.

13. Desde lo alto envió fuego a mis huesos, el cual prevaleció; ha extendido red a mis pies; me volvió atrás, me dejó desolada, desfallecida todo el día.

14. El yugo de mis transgresiones ha sido atado por su mano; entrelazadas han subido sobre mi cerviz; ha hecho decaer mis fuerzas. El Señor me ha entregado en manos contra las cuales no podré levantarme.

15. El Señor ha hollado a todos mis valientes en medio de mí; llamó contra mí una asamblea para quebrantar a mis jóvenes; como lagar ha pisoteado el Señor a la virgen hija de Judá.

16. Por esta causa lloro; mis ojos, mis ojos destilan lágrimas, porque se ha alejado de mí el consolador que da reposo a mi alma. Mis hijos están desolados, porque el enemigo ha prevalecido.

17. Sión extiende sus manos; no tiene quien la consuele. Jehová dio mandamiento acerca de Jacob, que sus enemigos lo cercasen; Jerusalén es como mujer impura entre ellos.