2. Y Jehová dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en sus manos, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi propia mano me ha salvado.
3. Y ahora, haz pregonar a oídos del pueblo, diciendo: El que tema y se estremezca, regrese desde el monte Galaad. Y regresaron de los del pueblo veintidós mil, y quedaron diez mil.
4. Y Jehová dijo a Gedeón: Aún es mucho el pueblo; llévalos a las aguas, y allí yo te los pondré a prueba; y del que yo te diga: Vaya éste contigo, irá contigo; mas de cualquiera que yo te diga: Éste no vaya contigo, ése no irá.
5. Entonces Gedeón llevó el pueblo a las aguas, y Jehová dijo a Gedeón: A cualquiera que lama las aguas con su lengua como lame el perro, lo pondrás aparte; asimismo a cualquiera que se doble sobre sus rodillas para beber.
6. Y fue el número de los que lamieron el agua, llevándola con la mano a la boca, trescientos hombres; pero todo el resto del pueblo se dobló sobre sus rodillas para beber las aguas.
7. Entonces Jehová dijo a Gedeón: Con estos trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré y entregaré a los madianitas en tus manos; y váyase toda la demás gente cada uno a su lugar.
8. Y el pueblo tomó en sus manos provisiones y también sus trompetas. Y él envió a todos los israelitas, cada uno a su tienda, y retuvo a aquellos trescientos hombres; y estaba el campamento de Madián abajo en el valle.
9. Y aconteció que aquella misma noche Jehová le dijo: Levántate y desciende al campamento, porque yo lo he entregado en tus manos.
10. Y si tienes temor de descender, baja tú al campamento con Fura, tu criado,
11. y oirás lo que hablan; y entonces tus manos se fortalecerán y descenderás al campamento. Y él descendió con Fura, su criado, hasta los puestos avanzados de la gente armada que estaba en el campamento.
12. Y los madianitas y los amalecitas y todos los hijos del oriente estaban tendidos en el valle, numerosos como langostas en multitud, y sus camellos eran innumerables, como la arena que está a la orilla del mar en multitud.
13. Y cuando llegó Gedeón, he aquí que un hombre estaba contando a su compañero un sueño, diciendo: He aquí yo soñé un sueño: Veía un pan de cebada que rodaba hasta el campamento de Madián, y llegó a la tienda, y la golpeó de tal manera que cayó y la volcó de arriba abajo, y la tienda cayó.
14. Y su compañero respondió y dijo: Esto no es otra cosa sino la espada de Gedeón hijo de Joás, varón de Israel. Dios ha entregado en sus manos a los madianitas con todo el campamento.
15. Y cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación, adoró, y volvió al campamento de Israel y dijo: Levantaos, porque Jehová ha entregado el campamento de Madián en vuestras manos.
16. Y dividió los trescientos hombres en tres escuadrones, y puso trompetas en manos de todos ellos y cántaros vacíos con antorchas ardiendo dentro de los cántaros.