Reina-Valera 1909

Jueces 16:13-26 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

13. Y Dalila le dijo a Sansón: Hasta ahora me engañas y me tratas con mentiras. Declárame, pues, ahora, cómo se te puede atar. Él entonces le dijo: Si tejes siete mechones de mi cabeza con el hilo del telar.

14. Y ella los aseguró con la clavija del telar y le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Mas despertando él de su sueño, arrancó la clavija del telar junto con el hilo.

15. Y ella le dijo: ¿Cómo dices: Yo te amo, cuando tu corazón no está conmigo? Ya me has engañado tres veces y no me has declarado aún en qué consiste tu gran fuerza.

16. Y aconteció que, presionándole ella cada día con sus palabras e importunándole, su alma fue reducida a mortal angustia.

17. Le declaró, pues, todo su corazón y le dijo: Nunca a mi cabeza llegó navaja, porque soy nazareo para Dios desde el vientre de mi madre. Si soy rapado, mi fuerza se apartará de mí, y me debilitaré y seré como todos los hombres.

18. Y viendo Dalila que él le había descubierto todo su corazón, envió a llamar a los príncipes de los filisteos, diciendo: Venid esta vez, porque él me ha descubierto todo su corazón. Y los príncipes de los filisteos vinieron a ella, trayendo en su mano el dinero.

19. Y ella hizo que él se durmiese sobre sus rodillas y llamó a un hombre, quien le rapó los siete mechones de su cabeza; y ella comenzó a afligirlo, pues su fuerza se había apartado de él.

20. Y le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Y luego que despertó él de su sueño, se dijo: Esta vez saldré como las otras y me escaparé. Pero no sabía que Jehová ya se había apartado de él.

21. Mas los filisteos le echaron mano, y le sacaron los ojos y le llevaron a Gaza; y le ataron con cadenas para que moliese en la cárcel.

22. Y el cabello de su cabeza comenzó a crecer después que fue rapado.

23. Entonces los príncipes de los filisteos se reunieron para ofrecer sacrificio a Dagón, su dios, y para alegrarse; y decían: Nuestro dios ha entregado en nuestras manos a Sansón, nuestro enemigo.

24. Y viéndolo el pueblo, alabaron a su dios, diciendo: Nuestro dios entregó en nuestras manos a nuestro enemigo y al destructor de nuestra tierra, el cual había matado a muchos de entre nosotros.

25. Y aconteció que, cuando se alegró el corazón de ellos, dijeron: Llamad a Sansón, para que nos divierta. Y llamaron a Sansón de la cárcel, y sirvió de juguete delante de ellos; y lo pusieron entre las columnas.

26. Y Sansón dijo al joven que le guiaba de la mano: Acércame y hazme palpar las columnas sobre las que se sustenta la casa, para que me apoye en ellas.