28. No os maravilléis de esto, porque vendrá la hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz;
29. y los que hicieron el bien saldrán a resurrección de vida, mas los que hicieron el mal, a resurrección de condenación.
30. No puedo yo hacer nada por mí mismo; como oigo, juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del Padre, que me envió.
31. Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero.