21. Josué y todo Israel, viendo que los de la emboscada habían tomado la ciudad, y que el humo de la ciudad subía, se volvieron, e hirieron a los de Hai.
22. Y los otros salieron de la ciudad a su encuentro, y así quedaron atrapados en medio de Israel, los unos por un lado, y los otros por el otro. Y los hirieron hasta que no quedó ninguno de ellos que escapase.
23. Y tomaron vivo al rey de Hai, y lo llevaron ante Josué.
24. Y cuando los israelitas acabaron de matar a todos los moradores de Hai en el campo, en el desierto, a donde ellos los habían perseguido, y que todos habían caído a filo de espada hasta ser consumidos, todos los israelitas regresaron a Hai, y también la hirieron a filo de espada.
25. Y el número de los que cayeron aquel día, hombres y mujeres, fue de doce mil, todos los de Hai.
26. Y Josué no retrajo su mano que había extendido con la lanza, hasta que hubo destruido a todos los moradores de Hai.
27. Y los israelitas tomaron para sí las bestias y los despojos de la ciudad, conforme a la palabra que Jehová había mandado a Josué.
28. Y Josué quemó Hai y la redujo a un montón perpetuo de ruinas, asolada hasta hoy.
29. Y al rey de Hai lo colgó de un madero hasta caer la tarde; y cuando el sol se puso, mandó Josué que quitasen su cuerpo del madero y lo echasen a la puerta de la ciudad; y levantaron sobre él un gran montón de piedras, que permanece hasta hoy.
30. Entonces Josué edificó un altar a Jehová Dios de Israel en el monte Ebal,