15. Y al séptimo día se levantaron al despuntar el alba, y dieron vuelta a la ciudad de la misma manera siete veces; solamente ese día dieron vuelta alrededor de ella siete veces.
16. Y cuando los sacerdotes hubieron tocado las trompetas la séptima vez, Josué dijo al pueblo: Gritad, porque Jehová os ha entregado la ciudad.
17. Mas la ciudad será anatema a Jehová, ella y todas las cosas que están en ella; solamente Rahab la ramera vivirá, con todos los que estén en su casa, por cuanto escondió a los mensajeros que enviamos.
18. Pero guardaos vosotros del anatema; no toquéis ni toméis cosa alguna del anatema, no sea que hagáis anatema el campamento de Israel y lo turbéis.
19. Mas toda la plata, y el oro, y los objetos de bronce y de hierro, sean consagrados a Jehová, y vayan al tesoro de Jehová.
20. Entonces el pueblo gritó, y los sacerdotes tocaron las trompetas; y aconteció que cuando el pueblo hubo oído el sonido de las trompetas, el pueblo gritó con gran vocerío, y el muro se desplomó. Y el pueblo subió a la ciudad, cada uno derecho hacia delante, y la tomaron.