11. Y mataron a filo de espada todo cuanto en ella tenía vida, destruyendo todo y no dejando cosa con vida; y a Hazor prendieron fuego.
12. Asimismo, tomó Josué todas las ciudades de aquellos reyes y a todos los reyes de ellas, y los hirió a filo de espada, y los destruyó, como Moisés, siervo de Jehová, lo había mandado.
13. Pero todas las ciudades que estaban en colinas no las quemó Israel, excepto Hazor, la cual quemó Josué.
14. Y los hijos de Israel tomaron para sí todos los despojos y las bestias de aquellas ciudades; pero a todos los hombres hirieron a filo de espada hasta destruirlos, sin dejar ninguno con vida.
15. De la manera que Jehová lo había mandado a Moisés, su siervo, así Moisés lo mandó a Josué; y así lo hizo Josué, sin quitar palabra de todo lo que Jehová había mandado a Moisés.
16. Tomó, pues, Josué toda aquella tierra, las montañas, y toda la región del sur, y toda la tierra de Gosén, y los valles, y los llanos, y las montañas de Israel, y sus valles.
17. Desde el monte Halac, que sube hasta Seir, hasta Baal-gad en la llanura del Líbano, al pie del monte Hermón; tomó asimismo a todos sus reyes, a los cuales hirió y mató.
18. Durante muchos días tuvo guerra Josué con estos reyes.
19. No hubo ciudad que hiciese la paz con los hijos de Israel, excepto los heveos, que moraban en Gabaón; todas las demás las tomaron en batalla.
20. Porque esto provenía de Jehová, que endurecía el corazón de ellos para que resistiesen con guerra a Israel, a fin de destruirlos, sin que les tuviese misericordia, sino que fuesen desarraigados, como Jehová lo había mandado a Moisés.
21. También en ese tiempo Josué fue y destruyó a los anaceos de los montes de Hebrón, de Debir, de Anab, y de todos los montes de Judá, y de todos los montes de Israel. Josué los destruyó a ellos y a sus ciudades.
22. Ninguno de los anaceos quedó en la tierra de los hijos de Israel; solamente quedaron en Gaza, en Gat, y en Asdod.
23. Tomó, pues, Josué toda la tierra, conforme a todo lo que Jehová había dicho a Moisés; y la entregó Josué a los israelitas por heredad, conforme a la distribución de sus tribus. Y la tierra reposó de la guerra.