9. Como la nube se desvanece y se va, así el que desciende al Seol no subirá;
10. no volverá más a su casa, ni su lugar le reconocerá más.
11. Por tanto, yo no refrenaré mi boca; hablaré en la angustia de mi espíritu y me quejaré en la amargura de mi alma.
12. ¿Soy yo el mar, o un monstruo marino, para que me pongas guardia?
13. Cuando digo: Mi lecho me consolará, mi cama atenuará mis quejas,
14. entonces me asustas con sueños y me aterras con visiones.
15. Y así mi alma tuvo por mejor la estrangulación, y quiso la muerte más que la vida.
16. Aborrezco mi vida; no he de vivir para siempre; déjame, pues mis días son vanidad.
17. ¿Qué es el hombre para que lo engrandezcas, y para que pongas sobre él tu corazón,
18. y para que lo visites cada mañana, y para que le pongas a prueba a cada momento?
19. ¿Hasta cuándo no apartarás de mí tu mirada, ni me soltarás siquiera hasta que trague mi saliva?
20. He pecado. ¿Qué puedo hacerte a ti, oh Guardián de los hombres? ¿Por qué has hecho de mí tu blanco, para que yo sea una carga para mí mismo?
21. ¿Y por qué no quitas mi transgresión y perdonas mi iniquidad? Porque ahora dormiré en el polvo; y si me buscas de mañana, ya no existiré.