Reina-Valera 1909

Jeremías 2:8-24 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

8. Los sacerdotes no dijeron: ¿Dónde está Jehová?, y los que tenían la ley no me conocieron; y los pastores se rebelaron contra mí, y los profetas profetizaron en nombre de Baal y anduvieron tras lo que no aprovecha.

9. Por tanto, contenderé aún con vosotros, dice Jehová, y con los hijos de vuestros hijos contenderé.

10. Porque pasad a las costas de Quitim y mirad; y enviad a Cedar y considerad cuidadosamente; y ved si se ha hecho cosa semejante a ésta.

11. ¿Acaso alguna nación ha cambiado sus dioses, aunque ellos no son dioses? Sin embargo, mi pueblo ha cambiado su gloria por lo que no aprovecha.

12. Espantaos, oh cielos, por esto, y temblad; horrorizaos en gran manera, dice Jehová.

13. Porque dos males ha hecho mi pueblo: me abandonaron a mí, fuente de aguas vivas, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen el agua.

14. ¿Es Israel siervo? ¿Es esclavo nacido en casa? ¿Por qué se ha convertido en presa?

15. Los cachorros del león rugieron contra él, dieron su voz y asolaron su tierra; quemadas están sus ciudades, sin morador.

16. Aun los hijos de Menfis y de Tafnes te quebrantaron la coronilla.

17. ¿No te acarreó esto el haber abandonado a Jehová tu Dios cuando te conducía por el camino?

18. Ahora, pues, ¿qué tienes tú en el camino de Egipto para que bebas agua del Nilo? ¿Y qué tienes tú en el camino de Asiria, para que bebas agua del Río?

19. Tu maldad te castigará, y tu rebeldía te condenará; reconoce, pues, y ve cuán malo y amargo es el haber abandonado a Jehová tu Dios, y el no tener temor de mí, dice el Señor, Jehová de los ejércitos.

20. Porque desde hace mucho tiempo yo quebré tu yugo y rompí tus ataduras; y dijiste: No serviré. Con todo eso, sobre todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso, te acostabas como ramera.

21. Y yo te planté, vid escogida, simiente verdadera toda ella; ¿cómo, pues, te me has convertido en sarmiento de vid extraña?

22. Aunque te laves con lejía y amontones jabón sobre ti, la mancha de tu iniquidad está delante de mí, dice Jehová el Señor.

23. ¿Cómo dices: No soy impura; nunca anduve tras los baales? Mira tu proceder en el valle; reconoce lo que has hecho, dromedaria ligera que tuerce sus caminos;

24. asna montés acostumbrada al desierto, que en su ardiente deseo olfatea el viento; en el tiempo de su celo, ¿quién la detendrá? Todos los que la busquen no se cansarán; en su mes la hallarán.