Reina-Valera 1909

Jeremías 2:23-37 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

23. ¿Cómo dices: No soy impura; nunca anduve tras los baales? Mira tu proceder en el valle; reconoce lo que has hecho, dromedaria ligera que tuerce sus caminos;

24. asna montés acostumbrada al desierto, que en su ardiente deseo olfatea el viento; en el tiempo de su celo, ¿quién la detendrá? Todos los que la busquen no se cansarán; en su mes la hallarán.

25. Guarda tus pies de andar descalzos y tu garganta de la sed. Mas dijiste: No hay esperanza, no, porque a extraños he amado y tras ellos he de ir.

26. Como se avergüenza el ladrón cuando es descubierto, así se avergonzarán los de la casa de Israel, ellos, sus reyes, sus príncipes, sus sacerdotes y sus profetas,

27. que dicen a un leño: Mi padre eres tú; y a una piedra: Tú me has engendrado; pues me volvieron la espalda y no el rostro; y en el tiempo de su calamidad dicen: Levántate y sálvanos.

28. ¿Y dónde están tus dioses que hiciste para ti? Levántense ellos, a ver si te pueden salvar en el tiempo de tu aflicción, porque según el número de tus ciudades, oh Judá, fueron tus dioses.

29. ¿Por qué contendéis conmigo? Todos vosotros os rebelasteis contra mí, dice Jehová.

30. En vano he azotado a vuestros hijos; no han aceptado corrección. Vuestra propia espada ha devorado a vuestros profetas como león destrozador.

31. ¡Oh generación!, ved vosotros la palabra de Jehová. ¿He sido yo para Israel un desierto o una tierra de tinieblas? ¿Por qué ha dicho mi pueblo: Somos libres; nunca más vendremos a ti?

32. ¿Se olvida la virgen de su atavío, o la desposada de sus galas? Pero mi pueblo se ha olvidado de mí por innumerables días.

33. ¿Por qué adornas tu camino para hallar amor? Pues aun a las malvadas enseñaste tus caminos.

34. Aun en tus faldas se halló la sangre de las almas de los pobres inocentes; no los hallaste en tu búsqueda secreta, sino en todas estas cosas.

35. Y dices: Porque soy inocente, de cierto su ira se ha apartado de mí. He aquí, yo entraré en juicio contigo, porque has dicho: No he pecado.

36. ¿Por qué das tantas vueltas, cambiando tus caminos? También serás avergonzada por Egipto, como fuiste avergonzada por Asiria.

37. También saldrás de allí con tus manos sobre la cabeza, porque Jehová desechó a aquellos en quienes confiabas, y no prosperarás con ellos.