Reina-Valera 1909

Isaías 40:6-17 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

6. Una voz que decía: Da voces. Y él respondió: ¿Qué tengo que decir a voces? Toda carne es hierba, y toda su bondad como flor del campo.

7. La hierba se seca, la flor se marchita, porque el aliento de Jehová sopla sobre ella; ciertamente el pueblo es hierba.

8. Se seca la hierba, se marchita la flor, mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.

9. Súbete sobre un monte alto, anunciadora de buenas nuevas de Sión; levanta fuertemente tu voz, anunciadora de buenas nuevas de Jerusalén; levántala, no temas; di a las ciudades de Judá: ¡He aquí al Dios vuestro!

10. He aquí, Jehová el Señor vendrá con poder, y su brazo gobernará por él; he aquí, su recompensa viene con él, y su obra está delante de él.

11. Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo recogerá los corderos y en su seno los llevará; conducirá con ternura a las ovejas que todavía están criando.

12. ¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano y la extensión de los cielos con su palmo, y puso en una medida el polvo de la tierra, y pesó los montes con balanza y con pesas los collados?

13. ¿Quién dirigió al espíritu de Jehová, o le aconsejó, enseñándole?

14. ¿A quién pidió consejo y quién le hizo entender? ¿Quién le enseñó el camino del juicio, o le enseñó conocimiento o le mostró la senda del entendimiento?

15. He aquí que las naciones son como una gota de un balde y consideradas como el polvo en la balanza; he aquí, él levanta las islas como al polvo fino.

16. Ni el Líbano bastará para el fuego, ni todos sus animales para el holocausto.

17. Todas las naciones son como nada delante de él; para él cuentan menos que nada y le son vanas.