Reina-Valera 1909

Isaías 37:23-36 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

23. ¿A quién has injuriado y a quién has blasfemado? ¿Contra quién has alzado la voz y levantado en alto tus ojos? ¡Contra el Santo de Israel!

24. Por medio de tus siervos has injuriado al Señor y has dicho: Con la multitud de mis carros he subido a las alturas de los montes, a las laderas del Líbano; y talaré sus altos cedros, sus cipreses escogidos; y llegaré hasta las alturas de su límite, al bosque de su Carmelo.

25. He cavado y bebido las aguas, y con las pisadas de mis pies he secado todos los ríos de Egipto.

26. ¿No has oído decir que desde hace mucho tiempo yo lo hice, y que desde días antiguos lo he dispuesto? Ahora lo he hecho acontecer para que tú convirtieras ciudades fortificadas en montones de ruinas.

27. Y sus moradores, faltos de poder, quebrantados y avergonzados, fueron cual la hierba del campo y el pasto verde, y como la hierba de los tejados que antes de madurar se seca.

28. Pero yo conozco tu morada, y tu salida, y tu entrada y tu furor contra mí.

29. Porque tu furor contra mí y tu arrogancia han subido a mis oídos, pondré, pues, mi argolla en tu nariz, y mi freno en tus labios y te haré volver por el camino por donde viniste.

30. Y esto te será por señal: Este año comeréis lo que crezca espontáneamente; y al segundo año, lo que haya brotado de aquello; y al tercer año, sembraréis, y segaréis, y plantaréis viñas y comeréis su fruto.

31. Y de la casa de Judá, el remanente que haya escapado volverá a echar raíz abajo y dará fruto arriba.

32. Porque de Jerusalén saldrá un remanente, y del monte Sión los que escapen. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.

33. Por tanto, así dice Jehová acerca del rey de Asiria: No entrará en esta ciudad ni arrojará saeta contra ella; no vendrá delante de ella con escudo ni será levantado contra ella terraplén.

34. Por el camino que vino volverá, y no entrará en esta ciudad, dice Jehová.

35. Pues yo ampararé a esta ciudad para salvarla por mi causa y por causa de David, mi siervo.

36. Y salió el ángel de Jehová y mató a ciento ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí, no había más que cadáveres.