6. Cuando alguno tome a su hermano, de la familia de su padre, y le diga: Tú tienes manto; tú serás nuestro gobernante, y toma en tus manos esta ruina;
7. él jurará en aquel día, diciendo: No seré el sanador, pues en mi casa no hay pan ni manto; no me hagáis gobernante del pueblo.
8. Pues arruinada está Jerusalén, y Judá ha caído; pues la lengua de ellos y sus obras han sido contra Jehová, al rebelarse ante los ojos de su gloria.
9. La apariencia de sus rostros testifica contra ellos y, como Sodoma, manifiestan su pecado; no lo ocultan. ¡Ay del alma de ellos!, porque trajeron mal para sí.
10. Decid al justo que le irá bien, porque comerá del fruto de sus obras.