Reina-Valera 1909

Isaías 63:3-19 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

3. He pisado yo solo el lagar, y de los pueblos nadie había conmigo; los he pisado con mi ira y los he hollado con mi furor; y su sangre salpicó mis vestidos, y manché todas mis ropas.

4. Porque el día de la venganza está en mi corazón, y el año de mis redimidos ha llegado.

5. Y miré y no había quien ayudara, y me maravillé de que no hubiera quien sustentase; y me salvó mi propio brazo, y mi ira me sostuvo.

6. Y en mi ira hollé a los pueblos, y los embriagué con mi furor y derramé en tierra su sangre.

7. De las misericordias de Jehová haré memoria, de las alabanzas de Jehová, conforme a todo lo que Jehová nos ha dado, y de la grandeza de sus beneficios hacia la casa de Israel, que les ha dado según sus misericordias y según la abundancia de su amorosa bondad.

8. Porque dijo: Ciertamente mi pueblo son, hijos que no mienten; y él fue su Salvador.

9. En toda angustia de ellos él fue angustiado, y el ángel de su faz los salvó; en su amor y en su compasión los redimió, y los levantó y los llevó todos los días de la antigüedad.

10. Mas ellos fueron rebeldes y entristecieron su santo espíritu; por lo cual se les volvió enemigo y él mismo peleó contra ellos.

11. Pero se acordó de los días antiguos, de Moisés y de su pueblo, diciendo: ¿Dónde está el que los hizo subir del mar con el pastor de su rebaño? ¿Dónde está el que puso en medio de él su santo espíritu;

12. el que los guió por la diestra de Moisés con el brazo de su gloria; el que dividió las aguas delante de ellos, haciéndose así un nombre eterno;

13. el que los condujo por los abismos, como un caballo por el desierto, sin que tropezaran?

14. El espíritu de Jehová los hizo descansar como a una bestia que desciende al valle; así pastoreaste a tu pueblo, para hacerte un nombre glorioso.

15. Mira desde el cielo y contempla desde la majestuosa morada de tu santidad y de tu gloria. ¿Dónde están tu celo y tu poder, la conmoción de tus entrañas y de tus misericordias para conmigo? ¿Se han retenido?

16. Tú ciertamente eres nuestro padre, si bien Abraham no nos conoce, e Israel no nos reconoce; tú, oh Jehová, eres nuestro padre; Redentor Nuestro es tu nombre desde la eternidad.

17. ¿Por qué, oh Jehová, nos has hecho errar de tus caminos y endureciste nuestro corazón con respecto a tu temor? Vuélvete por amor a tus siervos, por las tribus de tu heredad.

18. Por poco tiempo lo poseyó tu santo pueblo; nuestros adversarios han hollado tu santuario.

19. Hemos venido a ser como aquellos de quienes nunca te enseñoreaste, los cuales nunca fueron llamados por tu nombre.