Isaías

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Reina-Valera 1909

Isaías 33 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

1. ¡Ay de ti, que saqueas y nunca fuiste saqueado; que cometes traición, cuando nadie a ti te ha traicionado! Cuando acabes de saquear, serás tú saqueado; y cuando acabes de cometer traición, te traicionarán a ti.

2. Oh Jehová, ten misericordia de nosotros; a ti te hemos esperado; se tú brazo de ellos cada mañana; sé también nuestra salvación en tiempo de tribulación.

3. Los pueblos huyeron a la voz del estruendo; las naciones fueron esparcidas al levantarte tú.

4. Y vuestro botín será recogido como cuando se recogen las orugas; él correrá entre ellos como corren las langostas de una parte a otra.

5. Exaltado es Jehová, quien mora en las alturas; ha llenado a Sión de justicia y de rectitud.

6. Y él será la seguridad de tus tiempos, una riqueza de salvación, de sabiduría y de conocimiento; el temor de Jehová será su tesoro.

7. He aquí que sus valientes darán voces afuera; los mensajeros de paz llorarán amargamente.

8. Las calzadas están desoladas; ya no pasan los caminantes; ha quebrantado el convenio, ha despreciado las ciudades, tiene en nada a los hombres.

9. Se enluta y languidece la tierra; el Líbano se avergüenza y se marchita; Sarón se ha vuelto como desierto, y Basán y el Carmelo fueron sacudidos.

10. Ahora me levantaré, dice Jehová; ahora seré exaltado, ahora seré engrandecido.

11. Concebiréis paja; daréis a luz rastrojo; vuestro aliento como fuego os consumirá.

12. Y los pueblos serán como cal quemada; como espinos cortados serán quemados con fuego.

13. Oíd, los que estáis lejos, lo que he hecho; y vosotros, los que estáis cerca, conoced mi poder.

14. Los pecadores en Sión están aterrados; espanto se ha apoderado de los impíos. ¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas?

15. El que camina con rectitud y habla lo recto, el que aborrece la ganancia por extorsión, el que sacude sus manos para no recibir soborno, el que tapa sus oídos para no oír propuestas sanguinarias, el que cierra sus ojos para no ver cosa mala,

16. éste habitará en las alturas; fortalezas de rocas serán su lugar de refugio; se le dará su pan, y tendrá segura su agua.

17. Tus ojos verán al Rey en su hermosura; verán la tierra que está lejos.

18. Tu corazón meditará el espanto y dirá: ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el pesador? ¿Dónde está el que cuenta las torres?

19. No verás a aquel pueblo insolente, pueblo de lengua difícil de entender, de lengua tartamuda que no comprendas.

20. Mira a Sión, ciudad de nuestras fiestas solemnes; tus ojos verán a Jerusalén, morada de quietud, tienda que no será desarmada, ni serán arrancadas sus estacas ni ninguna de sus cuerdas será rota.

21. Porque ciertamente allí el majestuoso Jehová será para nosotros lugar de ríos y de arroyos muy anchos, por el cual no andará galera de remos, ni por él pasará nave poderosa.

22. Porque Jehová es nuestro juez, Jehová es nuestro legislador, Jehová es nuestro Rey; él mismo nos salvará.

23. Tus cuerdas se han aflojado; no han podido sostener su mástil ni han tensado la vela. Se repartirá entonces botín de muchos despojos; hasta los cojos arrebatarán el botín.

24. No dirá el morador: Estoy enfermo; al pueblo que more en ella le será perdonada su iniquidad.