Reina-Valera 1909

Hechos 8:4-20 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

4. Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando la palabra.

5. Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo.

6. Y las gentes, unánimes, escuchaban atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo los milagros que hacía.

7. Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados,

8. así que había gran gozo en aquella ciudad.

9. Y había un hombre llamado Simón, que antes había ejercido la hechicería en aquella ciudad y que había engañado a la gente de Samaria, diciéndose ser algún grande.

10. A éste oían todos atentamente desde el más pequeño hasta el más grande, diciendo: Éste es el gran poder de Dios.

11. Y le estaban atentos, porque con sus hechizos los había engañado desde hacía mucho tiempo.

12. Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres.

13. Y aun Simón mismo creyó, y después de bautizarse, seguía a Felipe; y al ver los milagros y las grandes maravillas que se hacían, estaba atónito.

14. Y cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan,

15. quienes, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo

16. (porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús).

17. Entonces les impusieron las manos, y recibieron el Espíritu Santo.

18. Y cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero,

19. diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo imponga las manos reciba el Espíritu Santo.

20. Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero.