29. Y temiendo dar en escollos, echaron cuatro anclas por la popa, y deseaban que se hiciese de día.
30. Entonces los marineros procuraron huir de la nave; y echando el esquife al mar, aparentaban como que querían echar las anclas de proa.
31. Pero Pablo dijo al centurión y a los soldados: Si éstos no permanecen en la nave, vosotros no podréis salvaros.
32. Entonces los soldados cortaron las amarras del esquife y dejaron que se perdiese.