3. y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, que se asentaron sobre cada uno de ellos.
4. Y todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
5. Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo.
6. Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua.
7. Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: He aquí, ¿no son galileos todos estos que hablan?
8. ¿Cómo, pues, los oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido?
9. Partos, y medos, y elamitas y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea y en Capadocia, en el Ponto y en Asia,
10. en Frigia y en Panfilia, en Egipto y en las regiones de Libia que están cerca de Cirene, y visitantes romanos, tanto judíos como prosélitos,
11. cretenses y árabes, los oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.
12. Y estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose los unos a los otros: ¿Qué quiere decir esto?
13. Pero otros, burlándose, decían: Están borrachos.
14. Entonces Pedro, poniéndose de pie con los once, alzó la voz y les habló, diciendo: Varones judíos y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras.
15. Porque éstos no están borrachos, como vosotros suponéis, ya que es la hora tercera del día;
16. sino que esto es lo que fue dicho por el profeta Joel: