Reina-Valera 1909

Hechos 11:8-23 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

8. Y dije: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda entró jamás en mi boca.

9. Entonces la voz me respondió del cielo por segunda vez: Lo que Dios ha limpiado, no lo llames tú común.

10. Y esto sucedió tres veces, y volvió todo a ser llevado arriba al cielo.

11. Y he aquí, en seguida llegaron tres hombres a la casa donde yo estaba, enviados a mí desde Cesarea.

12. Y el Espíritu me dijo que fuese con ellos sin dudar. Y fueron también conmigo estos seis hermanos, y entramos en casa de un varón.

13. Él nos contó cómo había visto en su casa un ángel que, puesto de pie, le dijo: Envía hombres a Jope y haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro,

14. quien te hablará palabras por las cuales serás salvo tú y toda tu casa.

15. Y cuando comencé a hablar, cayó el Espíritu Santo sobre ellos también, como sobre nosotros al principio.

16. Entonces me acordé de lo que había dicho el Señor cuando dijo: Juan ciertamente bautizó en agua, pero vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo.

17. Así que, si Dios les dio también el mismo don que a nosotros que hemos creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo para oponer resistencia a Dios?

18. Entonces, oídas estas cosas, callaron y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!

19. Ahora bien, los que habían sido esparcidos a causa de la tribulación que sobrevino en tiempos de Esteban viajaron hasta Fenicia, y Chipre y Antioquía, no hablando a nadie la palabra, sino sólo a los judíos.

20. Y de ellos había unos varones chipriotas y cirenenses, quienes, cuando entraron en Antioquía, hablaron también a los griegos, anunciando el evangelio del Señor Jesús.

21. Y la mano del Señor estaba con ellos, y un gran número creyó y se convirtió al Señor.

22. Y llegó la noticia de estas cosas a oídos de la iglesia que estaba en Jerusalén; y enviaron a Bernabé para que fuese hasta Antioquía,

23. quien, cuando llegó y vio la gracia de Dios, se regocijó y exhortó a todos a que con propósito de corazón permaneciesen firmes en el Señor.