6. Y cuando él los alcanzó, les dijo estas palabras.
7. Y ellos le respondieron: ¿Por qué dice mi señor tales cosas? Nunca tal cosa hagan tus siervos.
8. He aquí, el dinero que hallamos en la boca de nuestros costales te lo volvimos a traer desde la tierra de Canaán. ¿Cómo, pues, habíamos de hurtar de casa de tu señor plata u oro?
9. Aquel de tus siervos en quien sea hallada la copa, que muera, y aun nosotros seremos esclavos de mi señor.
10. Y él dijo: También ahora sea conforme a vuestras palabras; aquel en quien se halle será mi esclavo, y vosotros seréis sin culpa.
11. Ellos entonces se dieron prisa, y bajando cada uno su costal en tierra, abrió cada cual su costal.
12. Y buscó; desde el mayor comenzó y acabó en el menor; y la copa fue hallada en el costal de Benjamín.
13. Entonces ellos rasgaron sus vestidos, y cargó cada uno su asno y volvieron a la ciudad.
14. Y llegó Judá con sus hermanos a casa de José, que aún estaba allí, y se postraron delante de él en tierra.
15. Y les dijo José: ¿Qué acción es ésta que habéis hecho? ¿No sabéis que un hombre como yo sabe adivinar?
16. Entonces dijo Judá: ¿Qué diremos a mi señor? ¿Qué hablaremos? ¿O con qué nos justificaremos? Dios ha hallado la maldad de tus siervos; he aquí, nosotros somos siervos de mi señor, nosotros, y también aquel en cuyo poder fue hallada la copa.
17. Y él respondió: Nunca haga yo tal cosa. El hombre en cuyo poder fue hallada la copa, él será mi esclavo; vosotros id en paz a vuestro padre.