Reina-Valera 1909

Génesis 42:11-31 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

11. Todos nosotros somos hijos de un mismo hombre, y somos hombres honrados; tus siervos no somos espías.

12. Y él les dijo: No; para ver lo descubierto del país habéis venido.

13. Y ellos respondieron: Tus siervos somos doce hermanos, hijos de un hombre de la tierra de Canaán; y he aquí el menor está hoy con nuestro padre, y otro ya no existe.

14. Y José les dijo: Eso es lo que os he dicho, afirmando que sois espías.

15. En esto seréis probados: Vive Faraón que no saldréis de aquí sino cuando venga vuestro hermano menor aquí.

16. Enviad a uno de vosotros y traiga él a vuestro hermano; y vosotros quedad presos, y vuestras palabras serán probadas, si hay verdad en vosotros; y si no, vive Faraón, que sois espías.

17. Y los puso juntos en la cárcel por tres días.

18. Y al tercer día les dijo José: Haced esto y vivid: Yo temo a Dios.

19. Si sois hombres honrados, quede preso en la casa de vuestra cárcel uno de vuestros hermanos; y vosotros id, llevad el alimento para el hambre de vuestra casa.

20. Pero habéis de traerme a vuestro hermano menor, y serán verificadas vuestras palabras y no moriréis. Y ellos lo hicieron así.

21. Y decían el uno al otro: Verdaderamente hemos pecado contra nuestro hermano, porque vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no le escuchamos; por eso ha venido sobre nosotros esta angustia.

22. Entonces Rubén les respondió, diciendo: ¿No os hablé yo y dije: No pequéis contra el joven, y no escuchasteis? He aquí, también se nos demanda su sangre.

23. Y ellos no sabían que los entendía José, porque había intérprete entre ellos.

24. Y se apartó José de ellos y lloró; después volvió a ellos, y les habló, y tomó de entre ellos a Simeón y le ató a la vista de ellos.

25. Y mandó José que llenaran sus sacos de trigo y que devolviesen el dinero a cada uno de ellos, poniéndolo en su saco, y que les diesen comida para el camino; y se hizo así con ellos.

26. Y ellos pusieron su trigo sobre sus asnos y se fueron de allí.

27. Y al abrir uno de ellos su saco para dar de comer a su asno en el mesón, vio su dinero que estaba en la boca de su costal.

28. Y dijo a sus hermanos: Mi dinero se me ha devuelto, y he aquí está en mi saco. Se les sobresaltó entonces el corazón, y espantados se dijeron el uno al otro: ¿Qué es esto que nos ha hecho Dios?

29. Y cuando llegaron a Jacob, su padre, en la tierra de Canaán, le contaron todo lo que les había acaecido, diciendo:

30. Aquel hombre, el señor de aquella tierra, nos habló ásperamente y nos trató como a espías de la tierra.

31. Y nosotros le dijimos: Somos hombres honrados; no somos espías.