Reina-Valera 1909

Génesis 22:3-18 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

3. Y Abraham se levantó muy de mañana, y ensilló su asno, y tomó consigo a dos criados suyos y a Isaac, su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó y fue al lugar que Dios le había dicho.

4. Al tercer día alzó Abraham sus ojos y vio el lugar de lejos.

5. Entonces dijo Abraham a sus criados: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allá, y adoraremos y volveremos a vosotros.

6. Y tomó Abraham la leña del holocausto y la puso sobre Isaac, su hijo; y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo, y fueron los dos juntos.

7. Entonces habló Isaac a Abraham, su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, hijo mío. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña, pero, ¿dónde está el cordero para el holocausto?

8. Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos.

9. Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y acomodó la leña, y ató a Isaac, su hijo, y le puso en el altar sobre la leña.

10. Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo.

11. Entonces el ángel de Jehová clamó del cielo y dijo: ¡Abraham! ¡Abraham! Y él respondió: Heme aquí.

12. Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho ni le hagas nada, porque ya sé que temes a Dios, pues no me rehusaste a tu hijo, tu único.

13. Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí un carnero a sus espaldas trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham, y tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.

14. Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar: Jehová proveerá. Por tanto, se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto.

15. Y llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo

16. y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto y no me has rehusado a tu hijo, tu único,

17. de cierto te bendeciré grandemente y multiplicaré en gran manera tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos.

18. En tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste mi voz.