Reina-Valera 1909

Gálatas 3:7-23 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

7. Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham.

8. Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, anunció de antemano el evangelio a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones.

9. Así que los que son de fe son benditos con el creyente Abraham.

10. Porque todos los que son de las obras de la ley están bajo maldición. Porque escrito está: Maldito todo aquel que no permanezca en todas las cosas que están escritas en el libro de la ley, para hacerlas.

11. Y que por la ley ninguno se justifica ante Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá.

12. Pero la ley no procede de la fe, sino que dice: El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas.

13. Cristo nos redimió de la maldición de la ley, habiéndose hecho maldición por nosotros (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),

14. para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham fuese sobre los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.

15. Hermanos, hablo en términos humanos: Un pacto, aunque sea de hombre, una vez confirmado, nadie lo invalida ni le añade.

16. Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su descendencia. No dice: Y a los descendientes, como si hablara de muchos, sino como de uno: Y a tu descendencia, la cual es Cristo.

17. Esto, pues, digo: El convenio previamente confirmado por Dios para con Cristo, la ley, que fue hecha cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, como para invalidar la promesa.

18. Porque si la herencia es por la ley, ya no es por la promesa; pero mediante la promesa, Dios la concedió a Abraham.

19. Entonces, ¿de qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la descendencia a quien fue hecha la promesa, ordenada aquélla por medio de ángeles por mano de un mediador.

20. Y el mediador no es de uno solo, pero Dios es uno.

21. Entonces, ¿está la ley contra las promesas de Dios? ¡De ninguna manera! Porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia sería verdaderamente por la ley.

22. Pero la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes.

23. Pero antes que viniese la fe, estábamos guardados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada.