4. Las aguas lo hicieron crecer, lo encumbró el abismo; sus ríos corrían alrededor de su pie, y a todos los árboles del campo enviaba sus corrientes.
5. Por tanto, se encumbró su altura sobre todos los árboles del campo, y se multiplicaron sus ramas; y a causa de las muchas aguas, se extendieron sus ramas que había echado.
6. En sus ramas hacían nido todas las aves del cielo, y debajo de su ramaje parían todas las bestias del campo, y a su sombra habitaban muchas naciones.
7. Se hizo, pues, hermoso en su grandeza con la extensión de sus ramas, porque su raíz estaba junto a muchas aguas.
8. Los cedros en el huerto de Dios no lo superaron; los cipreses no se podían comparar con su ramaje, ni los castaños con sus ramas; ningún árbol en el huerto de Dios era semejante a él en hermosura.
9. Lo hice hermoso con la multitud de sus ramas; y todos los árboles del Edén, que estaban en el huerto de Dios, tuvieron de él envidia.