Reina-Valera 1909

Ezequiel 21:7-23 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

7. Y sucederá que cuando te digan: ¿Por qué gimes tú? Dirás: Por la noticia que viene; y todo corazón desfallecerá, y todas las manos se debilitarán, y se angustiará todo espíritu, y todas las rodillas se volverán como agua; he aquí que viene, y se hará, dice Jehová el Señor.

8. Y vino a mí la palabra de Jehová, diciendo:

9. Hijo de hombre, profetiza y di: Así ha dicho Jehová: Di: ¡La espada, la espada está afilada y también pulida!

10. Para la matanza está afilada; pulida está para que relumbre. ¿Hemos de alegrarnos, cuando ha despreciado al cetro de mi hijo como a un palo cualquiera?

11. Y la dio a pulir para tenerla a mano; la espada está afilada, y pulida está ella para entregarla en manos del verdugo.

12. Clama y gime, oh hijo de hombre, porque ésta estará contra mi pueblo; estará contra todos los príncipes de Israel. Serán arrojados a la espada junto con mi pueblo; por tanto, golpéate el muslo,

13. porque es el tiempo de las pruebas. ¿Y qué, si la espada desprecia aun al cetro? Él no será más, dice Jehová el Señor.

14. Tú, pues, hijo de hombre, profetiza y bate una mano contra otra, y dóblese la espada la tercera vez, la espada de la matanza; ésta es la espada de la gran matanza que los tiene rodeados,

15. para que el corazón desmaye y las piedras de tropiezo se multipliquen; en todas las puertas de ellos he puesto matanza de espada. ¡Ah!, está hecha para centellear, y preparada para la matanza.

16. Ve a un lado o al otro, a la derecha o a la izquierda, hacia donde tu rostro determine.

17. Y yo también batiré mano contra mano y haré reposar mi ira. Yo, Jehová, he hablado.

18. Y vino a mí la palabra de Jehová, diciendo:

19. Y tú, hijo de hombre, trázate dos caminos por donde venga la espada del rey de Babilonia; de una misma tierra salgan ambos; haz una señal; hazla al principio del camino a la ciudad.

20. El camino trazarás por donde venga la espada a Rabá de los hijos de Amón, y a Judá que está en la fortificada Jerusalén.

21. Porque el rey de Babilonia se ha detenido en una encrucijada, al principio de los dos caminos, para usar de adivinación; ha sacudido las saetas, consultó a los ídolos, miró el hígado.

22. La adivinación para Jerusalén salió en su mano derecha, para poner arietes, para abrir la boca a la matanza, para levantar la voz en grito de guerra, para poner arietes contra las puertas, para levantar terraplén y edificar muros de asedio.

23. Y les será como adivinación mentirosa ante sus ojos, por estar juramentados con juramento a ellos; pero él traerá a la memoria la iniquidad, para apresarlos.