31. edificando tu montículo en la cabecera de todo camino y haciendo tu lugar alto en todas las plazas. Y no fuiste semejante a ramera al menospreciar la paga,
32. sino como esposa adúltera, que en lugar de su marido recibe a extraños.
33. A todas las rameras les dan presentes, pero tú diste tus presentes a todos tus amantes; y les diste presentes para que viniesen a ti de todas partes por tus fornicaciones.
34. Y ha sucedido contigo, en tus fornicaciones, lo contrario de las otras mujeres: porque ninguno te ha seguido para fornicar, y tú das la paga en lugar de recibirla; por eso has sido diferente.
35. Por tanto, ramera, escucha la palabra de Jehová: